PHILIP K. DICK REACCIONA en el metro LUEGO DE UN BROTE PSICÓTICO
Sobre
la Estación de Metro —X Dios!
se
erige la Gruta de Lourdes.
—Un
vendaval con ínfulas marcianas,
una
Virgen vestida de plomo.—
Un
androide hembra, será,
que
infiltra en sesos débiles
la
Palabra del Señor.
El
Señor en el año 2040,
el
Amigable Kreutzberger,
Nuestro
Señor.
El
metro, si se serenan, ya
no
es nuestro esporádico
paisaje
y tránsito, sino
nuestro
hábitat cultural
y
uterino. Volvimos al Útero
como
lo hiciera un animal asustado.
Los
genios han emigraron a Venus,
se
dijeron: «a la mierda, estos
hueones
no entienden»
Y
menos aquí, amigable
Señor
Kreutzberger; pues la culpa
ya
no la sentimos, le pertenecemos.
*
[eso
que hablaba Bolaño…]
Eso
que hablaba Bolaño del sentido
común,
de
que toda Literatura
se hace desde el sentido
común,
no
lo comparto. Y declaro, no
lo
contrario, sino lo obtuso:
la
Literatura además de experiencia
es
denuncia, y lo único que
se
le podría atribuir son las
facultades
de un fotógrafo que
muestra,
de modo eficaz,
el
sinsentido (nonsense) común. Digo, además,
o
agrego, que la Literatura nunca
ha
tenido puertas, y si es
que
las tuviera, siempre serán
de
utilería.
La
Literatura no nace del sentido
común,
lo discrepa. Y, en
consecuencia,
no va a ninguna
parte.
Y si me permiten algo más,
divago
y supongo que Bolaño
no
quería decir eso, no quería decir:
sentido
común
, sino
corazón; que en su caso
habría
sido una
cursilería
imperdonable; pero
que
yo se la perdono aunque
*
[Te
vai a volver loco…]
Te
vai a volver loco
leyendo
tanta hueá,
me
dijo mi suegra.
Pobrecita
ella, que no
leyó
en su vida más
que
los Salmos cuando
alguien
se moría.
Si
supiera ella que
la
lectura me da cuerda,
que
sin ella, esquizofrenia
me
daría; abrazaría los
libros,
pero es de esperar no los
leería.
Sí
suegra mía, la respeto
como
a una estatua, y
a
su hija la leo, sí que
la
leo, hasta como un
ciego:
el braille de la
pasión;
mientras usted
se
la pasa de iglesia
en
iglesia,
esperando
revelación. Ni
se
imagina cuántas he
experimentado
yo, sentado
cómodamente
en mi sillón,
libro
tras libro, con la feliz
certeza
de que no
existe
tal revelación.
*
[Entro
en el mundo…]
Entro
en el mundo de
la
obnubilación como
un
espartano cobarde
volviendo
a Troya,
pero
anunciando:
«Yo
fui a la Guerra,
y arranqué,
pero
yo
fui a la Guerra».
Un
niño, antes de saltar
al
agua, me grita:
¡Maricón!
*
[El
párpado amarrado…]
El
párpado amarrado
al
cordelito del
ventrílocuo,
que yo
llamo
por el nombre
de
“tengo-sueño”; se deshilacha
lentamente,
con
pavor,
un pavor
de
nieve que
proyecta
la película de
mis
párpados
cerrados:
automóviles de
algodón blanco
que viajan desafortunadamente en
dirección
al Sur Profundo de
los elementos;
a
L.A. obscenos, a la Mujer
Vacía.
*
[Si
en un futuro apócrifo…]
Si
en un futuro apócrifo
estallara
la bomba,
Yo
Ya habría escrito,
sin
duda, ese poema, sin duda.
Un
poemita corto, con
tres
o cuatro palabras
que
resumirían aquella familiar sensación
que
resistía manifestarse.
como
el cogote del
ángel atascado en
el túnel podrido
de
lo Real,
muestro mis dientes
ensangrentados
a
la pléyade.
*
[Me
han comentado que Satán…]
Me
han comentado que Satán ha dejado de ser ángel;
yo
no lo creo, incluso deduzco en esta declaración
esa
extraña y recurrente afición de los
feligreses
por engolosinarse de lo obsceno. Todo
quien
tienda, o cuyo fin sea
el
Bien, encontrará inevitablemente al Mal
más
desgarrador.
¡Por
el amor de Dios, perdí mi vida!
*
[Yo
maté a Gombrowicz…]
Yo
maté a Gombrowicz
el
otro día que le vi
en
la Antártica, y no
le
di bola, porque elegí
al
eterno y manoseado Bolaño,
el
de siempre,
aunque
me tenga harto.
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NOTA: Estos poemas fueron encontrados en los intersticios de un poemario de Germán Carrasco (Ruda, editorial Cuarto Propio, 2010); de allí su título genérico ("poemas carrasquianos"). Fueron escritos, por algunos datos de la página cordial, en el año 2013. El autor agradece a Germán Carrasco su no-autoría.
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