un lunes por la mañana
la calma no es vituperio 
del gentío    al
contrario, 
pareciera todo refractarse 
como las llamas recién encendidas 
de un fogón con gas oil
parte el día así: gente prístina, 
limpia, con la cobertura de su piel 
ausente total de cebo, por acción 
de ese otro cebo, el jabón de ducha 
líquido o en barras, adormilados a pesar 
de las gotas que humectaron sus sensores 
faciales, el cableado que va de la
epidermis 
a los núcleos nerviosos del cerebro, 
un café de mano, portátil, caution is hot, 
agua en pocas ocasiones, soft gas,
multitud de orejas taponeadas 
con audífonos de colores vistosos, 
la ropa señera, recién planchada, 
restriega hombros, codos, costillas,
borde curvo del ombligo, pezón,
bocas de chicle, en general sabor fresa,
bracean la multitud en las estaciones, 
a la espera, genuflectos, 
al borde de la línea amarilla 
del metro tren sonámbulo

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