martes, 30 de junio de 2015

GENISIOUS (Retrato de un sabihondo y su perro sabhueso)


PEQUEÑA PIEZA DE TEATRO ABSURDO





Un anciano sentado en una silla de ruedas, abrigado por un chal cuadrillé rojo y de contornos azules. Se encuentra en una amplia biblioteca contemplando la tarde por el gran ventanal que da hacia el jardín. Su mirada es apacible.
Entra un tipo de smoking, con un bigote pequeño entre los dos orificios de la nariz, una rosa violeta en el bolsillo del frac, un sombrero de copa y un peinado destellante hacia atrás.



TIPO DE SMOKING: Cómo se encuentra el día de hoy señorito?  (le pregunta a través de una cínica sonrisa.)

ANCIANO: Muy alentador, ¿y vosotros? (le responde cambiando su distendido mirar a uno de hastío.)

TIPO DE SMOKING: No veo a nadie más aquí señorito, pero si se refiere a mí, pues muy bien (mantiene la misma sonrisa.)

ANCIANO: No sea amedrentador (frunce su ceño), pero bueno, quiere apoyarse porfavor? (le indica con un ademán un sitio improbable.)

TIPO DE SMOKING: Apoyarme? dónde? (con seria curiosidad mira hacia todos lados.)

ANCIANO: No sea litúrgico, por favor, allí (le señala con el mentón un pequeño banco de madera.)

TIPO DE SMOKING: Usted se refiere a la silla?

ANCIANO: Eminentemente (cierra los ojos en señal de afirmación.)



TIPO DE SMOKING: Bueno, como le dije hace algunos años (se acomoda en su silla, y se dispone a contar algo muy importante y de atención), esta enfermedad me tiene encadenado a un cactus. He pensado en lo que me dijo la última vez que lo vi (un silencio mudísimo lo interrumpe)…este cactus ya me ha hecho sangrar las espalda lo suficiente como para dormirme por la anemia y pensar en dejarme llevar por el sueño.

ANCIANO: (Le dice de sopetón, con seguridad, y con una mano apoyada en el  mentón) Creo que usted ha estado algo acicalado: el subterfugio de correr tras el reloj que marca las doce exhaustivamente; ya ha habido demasiados sacrilegios como para volver a poner un pie en la entrada. Debería ir a un vudú y extrapolarse, ceder los procesos fluviales de esta maquinización tan abrumadora.

TIPO DE SMOKING: (Comienza a cruzar sus piernas de distintas formas, nerviosamente) Intento entenderlo, pero no logro traducir sus ideas señorito (termina con un hilillo de voz, y casi imperceptible al oído.)

ANCIANO: Por favor, esto es una augurio (le contesta con ánimo evidentemente alterado, casi militar) ¡no sea laico, vamos, sea algo más instruido! (mueve la mano en el aire exasperadamente.)

TIPO DE SMOKING: Ya, como diga, señorito, me concentraré mejor, intentaré dar con lo que me intenta decir (mira animosamente al Anciano, sobajeándose las manos, concentradísimo.)…

(El Anciano lo interrumpe)

ANCIANO: Intentar? ¡no sea frenético! (le contesta acomodándose en la silla de ruedas, y apartando la vista de su rostro brusca y despectivamente)

TIPO DE SMOKING: Discúlpeme señorito, por favor, continúe (se muestra más nervioso, comienza a sudar; se muerde los dedos)

ANCIANO: Como le iba diciendo, la sanguínea reducción de la fricción es algo así como una alunización sacramental, o sea, digo, si el seno de un anglicano es ser trogolodita no quiere decir eso que usted crea en la indumentación fraccionaria.

(El tipo de smoking lo interrumpe tímidamente, el anciano se exaspera)

TIPO DE SMOKING: Estoy algo confundido, podría repetírmelo si no es mucha la  molestia? (aprieta sus manos con nerviosismo, compungido,)

ANCIANO: ¡Eres un espartaco! nadir de ultimaciones (grita aparentarse levantarse de su silla de ruedas, abriendo completamente los párpados, con sus ojos pegados en él.)

TIPO DE SMOKING: Le ruego que me disculpe, sé que no estoy a su altura, por favor, ruego que me lo repita, no volverá a ocurrir (le dice tembloroso, juntando sus manos tensamente).

ANCIANO: Ya, observaré tal localización de esta visión así, pone ojo. La anodización de la trivialidad, o sea de la cábala, escucha bien esto: Kavala, K-A-B-A-L-A; ka, a, be, a, ele, a. Propone al ser minucioso una acción diametral al versículo de la torah, amegh, phallós in kolpos, ¿comprendes? 

(El tipo de smoking concentrado y con su brazo apoyado en su rodilla sujetando su mentón afirmaba con la cabeza).

ANCIANO: Excelente, entonces estrafalariamente el francmasón silverstrauss deliberó en la última sensacionalización de la invalidez, por eso es que el cactus te raja la cérvix.

TIPO DE SMOKING: Ah, entonces usted quiere decir que...

(El anciano lo interrumpe estrepitosamente).

ANCIANO: Yo no quiero decir nada, ¡yo sólo lo digo! ¡ergástula!

TIPO DE SMOKING: Señorito por favor ¡cálmese!, siento mi incompetencia.

ANCIANO: ¡No sé cómo se te ocurre introducirte en mis aposentos y refutarme con tal calaña y desapego!

TIPO DE SMOKING: No, por favor, perdone usted, ahora lo estoy entendiendo  
 completamente.

ANCIANO: ¡Órdago! !órdago! ¡qué hice yo parar amamantar tal aseveración!

TIPO DE SMOKING: ¡Por favor, qué puedo hacer yo por usted, discúlpeme por favor!

ANCIANO: Nada, sólo que no seas tan nocivo.

TIPO DE SMOKING: Me ocuparé de ello. Por favor, prosiga en su interesantísima conversación.

ANCIANO: ¿Qué es conversación?

TIPO DE SMOKING: ¿Un diálogo?

ANCIANO: ¿Qué es un diálogo?

TIPO DE SMOKING: ¿Un intercambio de ideas entre un emisor y un receptor?

ANCIANO:  ¿Qué es un emisor?

TIPO DE SMOKING: ¿El que crea y manda el mensaje?

ANCIANO:  ¿Qué es un mensaje?

TIPO DE SMOKING: ¿Una idea?

ANCIANO:  ¿Qué es una idea?

TIPO DE SMOKING: Según Platón es....

ANCIANO: ¿Qué es Platón?

TIPO DE SMOKING: Un filósofo griego que expuso en...

ANCIANO:  No, no, no, no, me refiero a platón, no sea arranchado.

TIPO DE SMOKING: ¿Un hombre?

ANCIANO: Usted es demasiado infanticida aún, platón proviene del adverbio «plato de grandes proporciones», que en árabe significa donde se come y en español, gordo u obeso; en griego proviene del adverbio alinteghius, si le quitamos el sufijo a, queda como linteghius, lo que significa lentejas.

TIPO DE SMOKING: Me sorprende su sabiduría señorito.

ANCIANO:  Muchas gratitudes, no hay por.

TIPO DE SMOKING: Bueno, entonces debo seguir la Kavala para inmiscuirme en la dualidad del alma y con ello caminar por el hilo sin desmoronarme.

ANCIANO: ¿Cuándo le he nombrado yo la dualidad almática?

TIPO DE SMOKING: Nunca, pero creo que la vida sin ningún particular…

(El anciano lo interrumpe subiendo la voz hasta que el tipo de smoking calla)

ANCIANO: Usted no cree, ¡usted es efemérides! debería encerrarse en su pieza durante años y leer hasta que los ojos se le cremen.

TIPO DE SMOKING: Perdone usted.

ANCIANO: Que infortuito, debo irme a presencia de otro diálogo.

TIPO DE SMOKING: Oh no, no se preocupe, prosiga.

ANCIANO: Pero antes le cantaré una poesía.

TIPO DE SMOKING: Sería un placer infinito para mí.

ANCIANO:  Muy excelente aquí va:

                                  Amenideras que cuaspikarón sukilluo
                                  coyhaique sandungue salamandra
                                 ¡shoppenauer! sin balón de gasiesisilis
                                 almendra kafka escarmenar ¡onomatopeya!
                                 parálisis de pipedo, eterfinifrete, guido
                                 champú golondria caspiosa, ¡salmuera!
                                 ¡hachís!

(El tipo de smoking se levanta de su asiento apenas concluye el poema y aplaude a caudales, casi reventándose las manos).




Cierre de telón.

lunes, 29 de junio de 2015

UN LUGAR LLAMADO LARR







Conocí a un hombre. Se llama Jorge Teillier. Me invitó a su casa. Me dijo que debía tomar un tren, recorrer un trayecto largo, una noche entera, y bajarme en la Estación de Santa María. Así se llama aquí ese lugar, en lo que te cuento. Pero él me decía otro nombre que no recuerdo. Una palabra retumbada, con erres en la cola, así como Tarr
Me invitó a su casa a tomar té. Parece que estaba borracho. Le dije que sí sin pensar. Luego no dijo nada, se dio la vuelta y se alejó por las vías del ferrocarril.
Sonaba el viento pegado a los micrófonos.
Sabiendo que aún lo observaba, me miró y me dijo vociferando:

Ciao! Cuida a tu fantasma. Me voy. Estoy enamorado.
Saludos a los capitanes, que cantaron porque yo la amo.
Diles que me voy al Farwest!









[1] Escrito luego de ver, encandilado, “Nostalgias del Farwest” de 1987.

jueves, 18 de junio de 2015

UGO (UNA PARÁBOLA)





Y ni el sacerdote en el catecismo podrá sacar una palabra a ese negrito soñoliento, a pesar de la manera tan enérgica con que ambos tamborilean sobre su cráneo rapado, porque es en los pantanos del hambre donde se ha hundido su voz de inanición

Aimé Césaire



Ugo es negro. Etíope: parece un cadáver revestido de piel morena, a pesar de que sobresalga un vientre abombado entre toda esa arquitectura huesuda que le pertenece.
El caso es que lo han rescatado (si es que ser adoptado por una tropa de blancos filantrópicos e ingresado en una especie de hogar para hambrientos sea un rescate) y ahora está muy bien. Se ha sentado a la mesa, un largo mesón blanco en una especie de vieja capilla de colonos acondicionada como comedor, con un suculento plato de sopa Campbell’s humeando en sus narices. Los blancos le han dado la indicación de que no coma hasta que se dé las gracias por el alimento, que cante junto a ellos la plegaria del día.
Por más que espere educadamente, el aroma de esa sopa de tomates le recuerda que agoniza de hambre; y que si fuera por él zambulliría su negra cabeza en el plato para tragar su contenido, además de boca, por orejas y narices.
―Vamos, criatura, canta y reza con nosotros ―le incita el más alto y barbudo de todos.
Comienzan muy animados, a pesar de la perplejidad de Ugo. El cántico es muy alegre. El hombre barbudo mira a Ugo mientras canta, y señalándole con gestos y sonrisas a los demás blancos, le pide que se les una.
Ugo tiene la mirada perdida, los ve pero no los ve. No sabe si beber o no la sopa, o si seguirles la corriente; y se desespera, se da plena cuenta que su cabeza no funciona bien, y que sus rodillas tiritan bajo la mesa.
De pronto, en mitad de un coro, Ugo que ya no puede más, hunde su cabeza en el hondo plato desatando una serie de gesticulaciones de desaprobación en los feligreses. El hombre barbudo se muestra molesto. Sin embargo, no interrumpen su cántico.
Ugo seguía sumergido en el plato de sopa cuando se hubo pronunciado la palabra amén. Los blancos notaron que el cuello de Ugo estaba morado. Y que el ritmo nervioso de su pierna había cesado.



jueves, 11 de junio de 2015

TEORÍAS COMPLETAS




Resquicios de un mar abominado
Se presentan acercándose —olas de olas,
Olas que perecen olas— a las uñas de mis pies
La vastedad es un gran suspiro
Que no acaba sino en la presteza
De un duende abominado
Nunca vimos algo aparecido
La lluvia cae invertida
Reconociendo en sí la breve historia del ser
como si toda fuera entera cadencia
adherida como sí misma
a la musgosa caída de las pieles
Resquicios inherentes a la materia prima
Alguna hada revolotea
en los últimos suspiros de un pobre-de-mí
De noche a un costado del mar
Como su hermano
Decente
Remontándome años sin caricias
La luz
La oscuridad herida
Camino quebrado
De asalto inconsciente
Lidia con sus explosiones
Reconocidas en la firma triste
De un catalogador de linces
Las olas
Orgasmos en las afueras de una casa
Inmaculada, un patio frío y lleno de mármol
Obnubiladas las serpientes
Requerimientos de un don insospechado
Recurrente, indómito
A caso si viene de ti, de mi
De la vida entera
Acaso si viene
Corriendo
Endemoniado como las ratas
Parcial la vida
Parcial el respiro
Total nada
Total me muero
Me muero
Delante

De mí