Resquicios
de un mar abominado
Se
presentan acercándose —olas de olas,
Olas
que perecen olas— a las uñas de mis pies
La
vastedad es un gran suspiro
Que
no acaba sino en la presteza
De
un duende abominado
Nunca
vimos algo aparecido
La
lluvia cae invertida
Reconociendo
en sí la breve historia del ser
como
si toda fuera entera cadencia
adherida
como sí misma
a
la musgosa caída de las pieles
Resquicios
inherentes a la materia prima
Alguna
hada revolotea
en
los últimos suspiros de un pobre-de-mí
De
noche a un costado del mar
Como
su hermano
Decente
Remontándome
años sin caricias
La
luz
La
oscuridad herida
Camino
quebrado
De
asalto inconsciente
Lidia
con sus explosiones
Reconocidas
en la firma triste
De
un catalogador de linces
Las
olas
Orgasmos
en las afueras de una casa
Inmaculada,
un patio frío y lleno de mármol
Obnubiladas
las serpientes
Requerimientos
de un don insospechado
Recurrente,
indómito
A
caso si viene de ti, de mi
De
la vida entera
Acaso
si viene
Corriendo
Endemoniado
como las ratas
Parcial
la vida
Parcial
el respiro
Total
nada
Total
me muero
Me
muero
Delante
De
mí
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