lunes, 18 de enero de 2016

NO HE VISTO EL MAR/ 1 POEMA DE LEON DE GREIFF


¿Qué piensa uno cuando nombra a Colombia? En playa, en reinas de belleza; también en narcotráfico, en Pablo Escobar; y, cómo no, en García Márquez, pero muy pocas veces en García Márquez. ¿Y quién es este León de Greiff? Un poeta como pocos. Un poeta que perfectamente podría estar activo en nuestros días y estar aún así escribiendo una obra vanguardista, rupturista, tronante. Y es terrible pensar que este poetastro, que aparenta haberlo roto todo, haya nacido en 1895; y más aún que su primer poema publicado en 1915 (o sea, a los 20 años) llevara el tan tronante título de La Balada de los Búhos Extáticos. De Greiff es de estos felices descubrimientos que un lector puede tener en los momentos en que la lectura parece más una clausura que una apertura. 





Balada del mar no visto, rimada en versos diversos

" 
No he visto el mar.

Mis ojos
–vigías horadantes, fantásticas luciérnagas;
mis ojos avizores entre la noche; dueños
de la estrellada comba;
de los astrales mundos;
mis ojos errabundos
familiares del hórrido vértigo del abismo;
mis ojos acerados de viking, oteantes;
mis ojos vagabundos
no han visto el mar...

La cántiga ondulosa de su trémula curva
no ha mecido mis sueños;
ni oí de sus sirenas la erótica quejumbre;
ni aturdió mi retina con el rútilo azogue
que rueda por su dorso...
Sus resonantes trombas,
sus silencios, yo nunca pude oír...:
sus cóleras ciclópeas, sus quejas o sus himnos;
ni su mutismo impávido cuando argentos y oros 
de los soles y lunas , como perennes lloros 
diluyen sus riquezas por el glauco zafir...!

No aspiré su perfume!

Yo sé de los aromas
de amadas cabelleras...
Yo sé de los perfumes de los cuellos esbeltos
y frágiles y tibios;
de senos donde esconden sus hálitos las pomas
preferidas de Venus!
Yo aspiré las redomas
donde el Nirvana enciende los sándalos simbólicos;
las zábilas y mirras del mago Zoroastro...
Mas no aspiré las sales ni los iodos del mar.

Mis labios sitibundos
no en sus odres la sed
apagaron:
no en sus odres acerbos
mitigaron la sed...
Mis labios, locos, ebrios, ávidos, vagabundos,
labios cogitabundos
que amargaron los ayes y gestos iracundos
y que unos labios –vírgenes- captaron en su red!

Hermano de las nubes
yo soy.
Hermano de las nubes,
de las errantes nubes, de las ilusas del espacio:
vagarosos navíos
que empujan acres soplos anónimos y fríos,
que impelen recios ímpetus voltarios y sombríos!
Viajero de las noches
yo soy.

Viajero de las noches embriagadas; nauta
de sus golfos ilímites,
de sus golfos ilímites, delirantes, vacíos,
- vacíos de infinito..., vacíos...-Dócil nauta
yo soy,
y mis soñares derrotados navíos...
Derrotados navíos, rumbos ignotos, antros
de piratas...!el mar!
Mis ojos vagabundos
–viajeros insaciados- conocen cielos, mundos,
conocen noches hondas, ingraves y serenas,
conocen noches trágicas,
ensueños deliciosos,
sueños inverecundos...
Saben de penas únicas,
de goces y de llantos,
de mitos y de ciencia,
del odio y la clemencia,
del dolor
y el amar...!

Mis ojos vagabundos,
mis ojos infecundos...:
no han visto el mar mis ojos,
no he visto el mar! 
"



1 comentario:

  1. Qué bien. En general, no soy muy asidua a la poesía, veremos qué pasa con este León de Greiff. ¡Saludos!

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