domingo, 2 de julio de 2017

PANFLETO COMPUESTO EN UN SUEÑO/ 1 poema






Ángeles y milicos
controlan las señales
de esta radio marxista
& el puente se estrecha
a medida que se cruza,
hasta dar a entender
que no existe ese otro-lado. Qué farsa!
Qué bufonesco delito
y qué más poca comprensión
y empatía por quienes de verdad
se atreven.
Algo anda mal,
algo se le olvidó a la gente importante,
a los dioses pongamos,
y ahora nos amarga la espuma,
o esa esfera de gases que nos envuelve,
         ―dicho en new age: aura―
eso que nos hace diferenciarnos
de la belleza salvaje.
Somos circunferencias
que se encierran
hasta la muerte.
Somos eso,
y algunas arterias
que se revientan
cuando la sangre
se ha cristalizado,
y cuando el sudor,
que es un aceite tóxico
se ha derramado en la mar,
y el sol… esta fogata persistente.
Recuerdo a toda esta gente
media muerta que trabaja con nosotros
en este hechizo común.
Recuerdo que no queda
mucho tiempo por delante
para que esto dé esa victoria ilusoria.
Claro, eso nos ha sido enseñado.
El Capitalismo es un atleta
con piernas de azúcar
que se adentra en el mar:
una pura tragedia postergada.
Entonces,
con los ojos echados
sobre mis pómulos,
con un sueño feroz
que me tiene delirante,
digo la palabra
capitalismo,
y luego la palabra
mareo,
y de ahí la palabra
teléfono.
   ((ring))
         ((ring))
                   ((ring))
                            ((ring((
                   Un llamado de la ciudad.
Quédate tranquilo durmiente,
no te regocijes más
de lo que en casa pueden soportar.
La intemperie es más paciente
cuando se trata de asuntos
de vida o muerte.”
Pero en casa, respondo: ni en sueños.
El aguacate y la hierba florecen
sobre mis tobillos,
los elefantes se acercan durmiendo,
con la lengua afuera,
implorando una caridad
de humano, de anarco sindicalista.
Qué queda de estos pobres animales,
me pregunto,
ay mis elefantes!
El emperador Trotsky tendrá que responder
frente a estos desaciertos,
a todas estas basuras de pequeño burgués.
Todo santo, todo santo.
Santo Marx.
Santo Engels.
Santo Lenin.
Hasta mi ignorancia metafísica,
y hasta la muerte de todos, uníos!
En fin, yo lo sé,
sé que nos vamos
a acabar pronto,
pero a ningún rebelde le importa
porque ya están probando
una máquina que navega en el tiempo,
o que viaja a Marte, no me importa.
La diseñó un tipo que hizo unas aseveraciones
verdaderamente asombrosas.
Dijo cosas tan extrañas
como que se nos desaparecería
un dedo de la mano, o del pie; no me importa.
Que el hombre es un mono fuerte, o el mono
un hombre débil; no me importa.
Un tal Danzig, Martin, Charly; en fin, no me importa.
¡Oh santo Marx, perdonad
a este pobre compañero!
Una copa de sal
se derrama en mi columna,
esto de la rectitud cansa.
Alivien la maleta,
tírenla dentro del tren.
Derramen su último
grano de poder
en este tecleo idiota,
para despertar
a los insomnes,
para volverles las manías
a sus propias bocas,
a sus corazones palpitantes
de amargura.
Recuerden compañeros,
la humanidad es una forma mala
de decir “somos los animales extraños,
ustedes no.”
Pero la vida no es más que
una hermosa niña,
una bebé,
que camina a pies
descalzos
por la arena caliente.
¡Recuperemos todos
la cordura, compañeros!…
…porque afuera
no hay más
que carreteras.










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