Pertenezco al auge
y caída atroz
de su majestad
Paulo de Jolly
es el momento de engordar,
de hincharse como los órganos más rojos
y brillantes;
de palpitar junto a la nieve
se me han olvidado
algunas contraseñas
y se me han caído los
secretos
(en tal postura reconocí
el rostro como un signo)
mi ojos lamieron esa mar de gases,
esa vida mamífera
chupé
los dientes
careados
del héroe
que enseña
el sismo
los discos giraron al revés,
hacia el silencio,
y nunca se oyó
el orificio carnoso
por donde se excretan
las pestes
aluvionó
y todo se humeó
la carne se hizo mancha
y todo, de arriba
hacia
abajo fue
sangre malva
la carne
depositada en el mundo
el espíritu
cabalgando las estepas del tiempo
el huevo
girando en
nuestra alfombra real
y el árbol entero
se vuelve loco de silencio
consignando el nacimiento
coagulado de los bebés
que serán príncipes
cuando las princesas menstrúen
boreales
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