sábado, 6 de enero de 2018

A UN PROFETA (o un profe que es poeta o viceversa)





no aquí sino ahora
no ahora sino olvidar el tiempo

qué bien me hubiese hecho
haberte conocido, poeta
a mis dieciocho

por entonces leía
manuales de esoterismo
creyendo encontrar algún nirvana
pedestre / civil / congestionado
no era el tema

bebía a tripa partida
lo que hubiese, y
mis viajes de marihuana
eran taquicárdicos

(visualiza a un funambulista ciego
que no cae sino que levita
y todo el milagro ese
que ocurre sin ser visto)

no aquí sino en el cuerpo
no ahora sino tirar el reloj

el santo de la percepción
no me ha hecho daño

es más, levita conmigo
en una especie de lavadora
con girasoles y estalactita

sé que este no es
el poema objetivista
que esperas de tu pupilo

pero de momento a mi corazón
aún no le crecen los ojos

(perdón la rima insistente)

sólo le crecen dientes

que quieren comérselo todo



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