viernes, 9 de junio de 2017

PROSA DEL ESPECTADOR DE CONFERENCIAS #2






Esto acabo de aprender: fueron muchachos (jóvenes, se entiende) quienes se reunieron en la primera y única asamblea constituyente, no aquí en Santiago sino en Valparaíso, allá por el mil ochocientos veinte o treinta, para redactar la que sería la primera constitución política liberal del Estado chileno. Portales, desde Santiago (Valparaíso en aquellos años era lejos), respondió con una cacería sangrienta que mató a más de la mitad de esta muchachada maravillosa, transformando definitivamente a este Estado, liberal y republicano, recién parido, en una especie de roca inamovible que sigue hasta nuestros días produciendo nada, y mediándolo todo, y para colmo, en nombre de la patria. Debe tener uno en cuenta este episodio, dice el profesor Salazar, antes de reflexionar sobre aquella otra muchachada maravillosa asesinada en los setenta por Pinochet. Ni quiero pensar cuál será (o es) la tercera. 



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