martes, 13 de junio de 2017

UNA PARÁBOLA DEL TABÚ/ "Totem y Tabú" en 1 cuento de Philip Dick


Qué alivio tener a la literatura ahí donde el saber científico no nos da ejemplos, sino mamotretos de fórmulas y tratados que, como quien fuera Champollion, hay que entrar a descifrar. En el Totem y Tabú (1913) del viejo Sigmund está todo lo que hay que saber sobre el tema. Es más, Freud, amador sobre todas las cosas del método científico, también destacó, según algunos, entre ellos el canonizante Harold Bloom, como un literato hecho y derecho. Basta leer sus últimos escritos, o, por supuesto, la puesta en escena de sus casos clínicos que no pasan desapercibidos por su evidente dramatismo; diálogos que perfectamente habrían cabido en una novela de principios de siglo, pero que no quiso (o no se atrevió) a escribir —y que sí lo hicieron algunos de sus discípulos, entre ellos, el más destacado, Georg Groddek cuyo Escrutador de almas (1919) a Freud divirtió. No me quiero extender hablando de la íntima relación entre literatura y psicoanálisis, pues a mi modo de entender ya se han llenado suficientes anaqueles con libros sobre la cuestión. A lo que venía: el tótem y el tabú, cómo explicárselo a un niño de octavo básico con todo el dramatismo, como la seriedad, que ello conlleva; cómo no caer en el sopor del academicismo y hacerla corta, como se preciaría el más sintético haikú o una buena epifanía joyceana; pues aquí hay un relato del gran paranoico, Philip Dick, que en un cuentito deja más que clara la cuestión.
Agradezco al colega librero quien me lo recomendó apenas nos conocimos, y que sustentó, claro, nuestro irrenunciable dickianismo y afición a la mal llamada ciencia ficción.

Dejo el link con el pede-efe.









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