domingo, 2 de agosto de 2015

MINGUS









Ni te conozco, pero sé que una gorila te parió 
en plena ceremonia de tambores y fuego; 
y que mi cigarrillo lo consume tu melodía y no el aire,  
este aire burlón, como de las nieves, que irrumpe despacio
por los entresijos de mis ventanitas que dan al West Village.
Supe, sin conocerte, de algunas muchachas blancas que te 
                                                                                     [guiñaron 
los ojos, y mojaron sus calzones y sus labios mientras tocabas 
Wednesday Night Prayer una calurosa noche en New Yersey. 
(Y sé también, ah, que Kerouac nunca te vio tocar, 
y que nunca siquiera te nombró en alguna 
de sus disparadas novelas de etileno.)
Un candor sube por la cervical 
y me abre la frente como una rosa ardiente 
beep & bop, como los camiones muertos en la selva, 
de este tema que suena por la radio, 
inevitablemente carcomido por la señal, en mi cocina,
como los latidos de una histérica, y ay adeus! 
sólo una frase del contrabajo basta 
& nos damos la hora en nuestra floreada-tumba-rosa… 




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