Y por qué no comenzar diciendo, aquí no;
Noo, aquí no canta el pajarito. Las grandes murallas
Que esgrimen esta ciudad se han deshecho la pasada noche de nieve.
Caballos negros he visto por mi ventana, caballos negros con túnicas platinadas
Que aparentaban levitar, cogerse de la punta de las estrellas, y detrás
Un borracho yéndose en el sueño de las anemias; el tumultuoso crepitar
de los pinos ventosos, los perros adormilados en las veredas,
y un pájaro que se muere en mi ventana. Aquí no, le digo,
aquí no canta el pajarito.
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