Osos mareados cayendo de las montañas
Gotas
de rocío/ Hadas loadas
Y abajo la ciudadela milagrosa
cayendo a su vez en manos del Mago.
La
lógica y sus arbustos
ya no nos reconocen en la oscuridad.
Príncipes en castillos proletarios,
en manicomios, ciudadanos
medicados corriendo el adoquín tallado.
Narcisos devueltos del desierto,
sin
esqueleto ni espanto.
Una ovación de ancianos
de largas barbas grises,
gimoteando que la Guerra
ha terminado aquí pero en otro lado.
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